Complementa tu rutina

Como entrenamiento complementario al propio de maratón, todo corredor debe realizar trabajos adicionales que refuercen y potencien determinados grupos musculares.

Hablo, ante todo, de abdominales, pesas de piernas y pesas de hombros, brazos y espalda.

Puedo atestiguar acerca de los grandes beneficios de hacer ese trabajo complementario o no hacerlo. Mi rendimiento, tanto en carreras cortas como en medio maratón o maratón aumentó de forma significativa.

En otros comentarios marcaré alguna rutina básica para este trabajo de fuerza.

Termino diciendo que correr es para mi una fuente de equilibrio maravillosa. El día de trabajo sin la rutina de entrenamiento mañanera no es el mismo.

La Primera Carrera

Mi primera carrera de Nueva York, que fue mi primer maratón, terminó con un magnífico tiempo de 3 horas y 24 minutos. Todos en la delegación peruana, con la que corrí, me decían que el tiempo era magnífico. Sin embargo, para mí, fue un mal tiempo. Y yo sentí que fue malo porque cometí uno de los errores de principiante más habituales. Cuando estás entrenando, los colegas más experimentados te repiten una y otra vez que tengas precaución, que evites cometer un gran error que yo llamo la “ficción del paso de carrera”. ¿De qué se trata? Cuando terminas tu entrenamiento, si te has aplicado con interés y trabajo duro, te sientes en plena forma. Por ello, en el momento de comenzar la carrera tienes una sensación, que no es falsa porque es sensación totalmente real, de que tu paso de carrera puede ser mejor al que tú habías entrenado. ¡¡Gran error!! Pasados 30 kilómetros la verdad llega a tus músculos con manifestaciones muy dolorosas. No puedes, no puedes……. A mi me pasó eso. Fui durante los primeros 30 kilómetros mucho más rápido de lo que había entrenado y, lo pagué en los últimos 12. Aún así hice un muy buen tiempo para una primera maratón, pero me sentía mal con mi resultado. Luego comprendes y aprendes….

Mi mejor tiempo

Mi mejor tiempo en Maratón es 3 horas y 16 minutos. Lo hice en Nueva York, en el año 2003, en un día en el que el calor fue realmente inusual para los primeros días de noviembre. La temperatura durante la carrera fue de unos 28 grados y, para mi, ello fue seguramente una ventaja pues me gusta correr con calor y con sol. La carrera fue pareja en tiempo hasta el kilómetro 30, aproximadamente, cuando decidí, ante lo bien que me encontraba, acelerar el ritmo. Fui capaz de mantener mi ritmo a partir de ahí hasta la finalización de la carrera.

Cada maratón significa un gran reto

Todas las maratones en las que he participado tienen interés y particularidades. No estoy convencido respecto a cuál de las que he participado es la más importante o si la más importante está todavía por llegar. Correr una Maratón es complicado siempre y no existen 42 kilómetros y 195 metros que sean más fáciles en términos generales. Probablemente es más interesante comentar cuáles son las peculiaridades de cada una de ellas según mi experiencia.

Me gustaría comenzar con la primera, Nueva York. Yo no estoy seguro de que sea la más importante en el mundo, pero si confieso que para mi, de las que he corrido hasta ahora, es la más interesante por un compendio de cosas.

¡Comenzar de nuevo con ganas!

Después de unos días de fiestas navideñas en los que felizmente el descanso toma un mayor protagonismo, regresamos a nuestras actividades habituales: rutina, trabajo, deporte.

Aunque el ritmo de entrenamiento no haya sido el mismo durante estos días, para nuestro cerebro el entrenamiento sigue ahí. Ese es un riesgo. Es un riesgo reconocido por todos los corredores y, aun así, se asume en ocasiones de forma inconsciente.

Recomiendo retomar el entrenamiento atendiendo a los mensajes de nuestros músculos, tendones y articulaciones como grandes protagonistas y no con nuestra memoria (nos sentimos "igual que el último día que corrimos") como impulsora principal.

Es conveniente acentuar los estiramientos antes y después de los entrenamientos y hacer nuestro programa de carrera progresivo de manera que sea neutralizada la inactividad y, seguramente, el exceso de alimentación o irregular alimentación de estos días.

Tengo varias experiencias acumuladas al respecto. La peor, una lesión de la banda iliotibial que me tuvo 4 meses parado hace 4 años y me impidió entrenar.