26 de noviembre de 2010

Las diez plagas de Egipto o un líder en apuros.....

El 20 de agosto de 1.977 fue lanzada al espacio la sonda espacial Voyager 2. Su misión era transmitir a la Tierra fotografías y datos de los planetas más exteriores a nuestro sistema solar. Una vez rebasada la órbita de Neptuno, la sonda se ha convertido en una tarjeta de visita interplanetaria y el astrólogo Carl Sagan se encargó de editar la grabación de un disco para el que escogió vistas y sonidos que captaban nuestra identidad como especie y los logros que habíamos alcanzado. Incluyó saludos en 55 lenguas humanas y una muestra del “lenguaje de las ballenas”, una grabación sonora de 12 minutos en la que se incluían el llanto de un bebé, un beso y un registro de un electroencefalograma sonoro con las meditaciones de una mujer enamorada, así como noventa minutos de música folclórica con muestras de los estilos del mundo….. Esta es una transcripción de un pasaje del interesante libro “Como funciona la mente” del psicólogo, científico y escritor Steven Pinker. En esa sonda espacial, que sigue atravesando el espacio, hay algo que en mi humilde opinión no puede ser archivado para que algún extraterrestre lo analice, y son los sentimientos y las reacciones humanas, básicas a veces, complejas en ocasiones, pero incomprensibles a menudo.

Para ahondar en la anterior conclusión, quisiera abusar de su tolerancia y explicar ahora una anécdota personal…..Era mi ultimo curso en la Universidad Autónoma de Madrid en el año 1.987. En los primeros meses de ese año presenté una solicitud de trabajo a la prestigiosa firma Arthur Andersen con la intención de comprobar si tenía la oportunidad de comenzar ahí mis primeros pasos profesionales. Para mi sorpresa, y lo digo honestamente, me llamaron de inmediato. Pasé por un largo proceso de entrevistas y pruebas psicotécnicas y, finalmente, me enviaron una carta en la que me anunciaban que quedaba contratado para comenzar a trabajar en agosto de ese mismo año. Era el mes de noviembre y tenía por delante muchos meses de disfrute sabiendo que ya tenía un trabajo asegurado. La felicidad, no puedo negarlo, fue absoluta pues no me lo esperaba. El hecho es que llegué a uno de mis últimos exámenes. Ya solo quedaba ese pequeño trámite y comenzaría a trabajar. Era una prueba de Derecho Administrativo. Confieso que esa asignatura no me gustaba mucho pero tenía estudiada al materia. El día del examen me senté en mi silla, leí las preguntas que debía responder y, como si de un torrente se tratara, un sudor frío me invadió. ¡No recordaba nada! ¡No entendía nada! ¡Me quedé en blanco!........ Al sudor lo siguió una sensación de terror que me bloqueó todavía más. ¿Que podía hacer en ese momento?......La respuesta es que no hice casi nada y el bloqueo mental en el que entré me llevó a obtener un 3 sobre 10. Tuve que presentarme en Arthur Andersen a reconocer lo que había pasado. La mística de esa empresa en España era increíble. Me dijeron que comenzara a trabajar la fecha prevista, que estudiara en las noches y, en septiembre, todo se solucionó.

En la práctica profesional no es fácil discriminar entre la adecuada tensión aplicada al cumplimiento de los objetivos y la presión irracional a la que uno puede verse sometido eventualmente. Además, no es fácil soportar la presión si no se está entrenado para ello o no se dispone de la madurez necesaria. En la increíble novela de aventuras (que recomiendo con entusiasmo) Los viajes de Gulliver, el viajero protagonista ideado por Jonathan Swift, en 1.720, consigue dejar de ser prisionero del Emperador de Liliput cuando éste le asigna una labor para la que está sobradamente preparado y que se convierte en un éxito. En mi caso, lejos de ser un gigante para los liliputienses, parece que no estaba todavía entrenado para aguantar presión, y todo se vino abajo. El riesgo que se corre, por tanto, es que la presión haga caer a los ejecutivos de una empresa en una “zona en blanco” en la que no hay capacidad de reacción ante la presión excesiva o, peor aún, mal administrada. La administración de la presión debería convertirse siempre en generar en los equipos de trabajo una tensión equilibrada que saque lo mejor que cada uno lleva dentro. Ahora……¿Es eso siempre así?....
Viene al hilo de este razonamiento una novela que terminé de leer hace unas semanas “El Corazón de las Tinieblas” de Joseph Conrad. En la lectura rescaté el siguiente pasaje que transcribo:

“No era más que un vulgar comerciante, empleado en la región desde su juventud. Se le obedecía a pesar de que no infundía ni afecto ni temor, ni tan siquiera respeto. Infundía inquietud. No una abierta desconfianza. Simplemente inquietud. No tienen ni idea de lo eficaz que una…. facultad así puede llegar a ser. No tenía ningún talento para la organización o la iniciativa, ni siquiera para el orden. No tenía ni estudios ni inteligencia. Su cargo le había llegado…¿Por qué? No se. No era capaz de crear nada, tan solo sabía hacer que la rutina siguiera adelante. Eso era todo”

¿Fantástico, no? Eso fue escrito por Conrad nada menos que en 1.899, hace la friolera de 111 años….Sin embargo cualquiera podría afirmar que el anterior pasaje es de rabiosa actualidad y se trata de la descripción del desarrollo profesional y de las capacidades de un directivo que tiene responsabilidades sobre un equipo de personas. Espero, por cierto, que esta radiografía no se vea reflejada cerca de usted. La enfermedad que se reflejaría en esa hipotética placa no serían una buena noticia ni para usted ni, por supuesto, para su organización. Sin embargo, posiblemente ha experimentado o, mejor dicho, ha sufrido en alguna época de su vida laboral un caso similar. Una extremada incompetencia. Afortunadamente no se puede decir, de ninguna manera, que estos 111 años no hayan supuesto una evolución en la eliminación o la reducción de estas prácticas, pero seguramente aún queda mucho por hacer. El ser humano es el que dirige y lo hace en buena medida en base a su perfil personal, a su capacidad adaptativa, y no tanto en base a su formación técnica. Claro que la posición de quien tiene un jefe con ese perfil no es sencilla. Es cierto que se pueden conseguir algunas cosas en base al miedo y a la amenaza. En el Libro del Éxodo, del Antiguo Testamento se describe como Moisés y Aarón se acercaron al Faraón de Egipto para exigir que los esclavos israelitas pudieran salir de Egipto para adorar a su Dios libremente. La negociación de Moisés con el Faraón a fin de conseguir este permiso es tan difícil que Moisés amenaza al Faraón con las 10 plagas. La amenaza se cumple y las plagas van llegando, una a una, hasta que el Faraón, tan furioso como aterrorizado, consiente en la petición de Moisés. Obviamente, volviendo al mundo empresarial, no siempre tiene uno a mano una serie de plagas que utilizar como “argumento” para lograr el cambio de una gestión profesional. Además, ciertamente, no es ese el camino….

Una ayuda notable para conseguir detectar las asimetrías de trato en una organización es una encuesta de Clima Laboral. Hay varias interesantes y respetadas internacionalmente. Una de ellas es la que promociona la organización Great Place to Work. La bondad de este sistema es que le permite evaluar el clima laboral en la empresa midiendo la confianza de los trabajadores en base a los siguientes cinco elementos:

-Credibilidad
-Respeto
-Imparcialidad
-Camaradería
-Orgullo

Afrontar este tipo de procesos permite ganar credibilidad ante los profesionales de la empresa dado que son absolutamente confidenciales y no generan ninguna consecuencia al opinar con transparencia lo que cada cual piensa respecto a los anteriores parámetros. Además, si un proceso de esta naturaleza se inicia sin afán de mero maquillaje, se logra un interesante acercamiento a la Responsabilidad Social Empresarial a la par que los resultados serán muy valiosos para la mejor orientación de las políticas de recursos humanos de la organización. También, de esa manera, la empresa establece filtros ante “liderazgos” del tipo de los descritos por Conrad y los desincentiva. Hace ahora 160 años del nacimiento de Robert Louis Stevenson, genial escritor que nos dejó algunas obras que se leen en la juventud y que podrían y deberían ser rescatadas en la madurez. Una de ellas, sin duda muy conocida, es El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde. En ella una misma persona manifiesta dos personalidades diferentes, una comedida, responsable, racional y, otra, salvaje, irreverente, violenta. En mi opinión, la falta de aptitudes para ejercer el liderazgo provoca que algunos directivos emulen al personaje de Stevenson, mostrando una cara diferente a sus jefes de la que muestran a sus colaboradores. Y claro, en un caso como este, ya se puede usted imaginar a quien le toca el papel del doctor Hyde y a quien le corresponde “disfrutar” de Mister Jekyll…..No hay nada como una buena intención y una excelente herramienta como es una encuesta de clima laboral para que esas dualidades se puedan evitar.

La empresa tiene una responsabilidad vital en impedir ese tipo de “liderazgos” a través de dos mecanismos fundamentales:

1.- Promoción profesional basada en competencias y desempeño.
2.- Establecimiento de una red de comunicaciones amplia y generosa que abra espacios a la crítica en ambos sentidos.

El resto se consigue con paciencia, perseverancia y consistencia en este tipo de políticas que favorecen la transparencia, la responsabilidad y el compromiso. Definitivamente, el recurso al temor en el camino a conseguir resultados está obsoleto aunque todavía funcione en no pocas empresas. Es obvio que los resultados de esas prácticas no generan resultados sustentables para la empresa y devienen en destructivos para los colaboradores que por las circunstancias deben trabajar bajo el paraguas de este tipo de “dirección”.

Finalizando. Comparto con usted un asunto final. La Tierra de cinco minutos es el nombre de un argumento escéptico propuesto por Bertrand Russell en el que sostiene que no se puede tener la certeza de que el mundo comenzó a existir hace 5 minutos de manera que, según esa tesis, todo lo que recuerdas es completamente irreal. Para nosotros debería ser fundamental nunca llegar a bloquearse de esa manera y recordar permanentemente lo que uno es, lo que aprendió por años de profesión y de educación. Propongo no bloquearse y demostrar los argumentos, nunca en forma de plagas, incluso aunque algún jefe de apellido Hyde se empeñe en convencerle que todo comenzó hace 5 minutos, cuando él comenzó a hablar….


Raúl Baltar

7 comentarios:

  1. Excelente artículo y muy propicio para las circunstancias que vivimos.

    Una herramienta efectiva que se puede utilizar para detectar cuantos Mr. Hyde tenemos en nuestras organizaciones es medir el nivel de rotación de personal en las unidades departamentales en un período corto de tiempo.

    Un alto nivel de rotación de personal puede denotar la carencia de competencias claves para dirigir y motivar a las personas que tenemos a nuestro cargo.

    Está claro que por lo general no estamos dispuestos a soportar diluvios permanentes bajos paraguas y en algún momento es preciso migrar ir a sitios más calmados donde podamos potenciar nuestras virtudes, conocimientos y experiencias, vital para el crecimiento profesional del individuo y para el beneficio general de las organizaciones.

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  2. Excelente articulo. esa es la aptitud tener una vision hacia el futuro para romper paradigmas.

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  3. Muy buen articulo y de profunda reflexión, muchas veces a uno se le presentan esas situaciones en la vida personal y profesional, la presión genera bloqueo por eso el trabajo compartido, la autocritica y el feedfoward es esencial para poder tomar las decisiones adecuadas no con base a la autoridad o las medidas extremas ( las 10 plagas de Egipto) saludos Carlos Giorgi

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  4. Excelente publicación! todos los lideres debemos de ejercer nuestro roll con la mayor responsabilidad, de allí el logro de nuestros objetivos y el éxito de la organización.Debemos de adaptarnos a el mundo cambiante y a las nuevas tendencias de liderazgo y administración... claro siempre con nuestro toque personal que nos hace lideres sin igual para gente sin igual.La confianza,el ejemplo que damos,la comunicación,el estimulo,el respeto, y delegar,deben ser la base de un buen líder.

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  5. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, es importante, primordial y urgente lo que cada uno de nosotros como lideres tenemos y debemos de hacer, es urgente saber y conocer nuestros recursos, esto nos permite determinar nuestras capacidades, y reconocer y valorar las actitudes y aptitudes de nuestros recursos, los objetivos y las metas no se cumplen por arte de magia, el couching es importante, esto nos permite conocer las oportunidades de mejora que cada uno tenemos y potenciarlos.

    Gracias por compartir estas persepciones.

    Un abrazo.

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  6. Excelente articulo, con un contenido de gran valor, pero sobre todo la manera de expresar las ideas del Sr. Baltar genera una inmensa calma y atenua los ruidos cotidianos de los lugares donde tengo tiempo de sentarme a leer su blog. gracias...

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  7. de verdad que esto sale hasta en la biblia! solo hay q saber entenderlas, a mi parecer una de las plagas q esta matanto al mundo o mejor dicho a la humanidad! son las drogas!

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