29 de septiembre de 2012

Hablando de unos 40.000 sentimientos......


Hace poco menos de un año publicaba un post en mi blog de Wordpress en el que relataba la experiencia que se vive en los momentos anteriores a una maratón. En aquel caso era la de Nueva York y mañana será la de Berlín. Estamos ante uno de los 5 grandes maratones del mundo y seremos unos 40.000 corredores que asaltaremos las calles de esta hermosa ciudad en busca de un sueño que transita a través de 42 kilómetros y 195 metros. 

Si tiene interés en conocer como son estos momentos previos reproduzco a continuación aquel post del 22/11/2011 en el que comparto los sentimientos que, en unas horas, posiblemente experimentarán más de 40.000 corredores y corredoras.........

"La mañana comenzó muy temprano. Arriba a las 4.30 am después de un sueño irregular en el que la adrenalina no te deja conciliar un descanso relajado y mucho menos profundo. La ropa que te vas a poner ya está preparada desde la noche anterior. El dorsal en el sitio correcto de la camiseta, el short favorito, los calcetines usados y cómodos y las zapatillas que no estén nuevas ni tampoco muy desgastadas, son parte importante del desempeño del día siguiente (nada nuevo, nada no usado antes).  La bolsa con la ropa seca para la llegada también lista al costado.
Un desayuno ligero (luego habrá que comer algo más) y que no se componga de nada no consumido durante los meses de entrenamiento. Definitivamente no es el momento de inventar. Después, toca salir de la habitación del hotel, bajar al lobby y encontrarse con una cantidad considerable de corredores venezolanos y sus familias, todos ilusionados haciéndose decenas de fotos de recuerdo previas a la hazaña que se va a cumplimentar en pocas horas. Al autobús camino de Staten Island. Bromas de unos, reflexión de otros, sueño de los que durante la noche han estado más nerviosos. Se acerca el momento y cada cual va dando salida a sus emociones en línea con sus personalidades. Interesante.
Por fin llegamos a Staten Island. No fue fácil. La cantidad de corredores que acceden a la zona salida se traduce en un atasco que se asemeja a la Avenida Libertador de Caracas en día de lluvia...Todos vamos entonces a la búsqueda inmediata del color asignado, el azul para mi, y del camión de UPS donde la organización te indica debes dejar tu bolsa con la ropa seca para la llegada (muy recomendable preparar con detenimiento esa bolsa). Después, de inmediato al llamado "corral", una parcela en la que tu número te indica debes esperar la partida (en mi caso color azul y corral 8 indicado por mi número 8893).
Llegan entonces los momentos de mayor recogimiento. Rodeado de centenares de personas a quienes no conoces pero de las que imaginas han pasado por el mismo proceso que tu has pasado. Atrás quedan meses de entrenamiento, de madrugones día tras día. De esfuerzo en busca del paso adecuado, de la fuerza necesaria, del ritmo deseado. Velocidad, distancia, esfuerzo están reflejados en los rostros de italianos, franceses, norteamericanos, brasileños y tantos corredores que acompañan a uno en esos momentos de soledad.
Se acerca el momento y uno se saca la ropa vieja que se ha dejado encima para mantener el calor en una fresca pero soleada mañana neoyorkina. Esa ropa, miles de piezas, es recogida por voluntarios para ser entregada a personas de bajos recursos. Los nervios a flor de piel, las palabras del Alcalde Bloomberg, el cañonazo y la mítica New York, New York de la película de Scorsese para cruzar la línea de salida y enfilar el desafiante Verrazano Bridge....
Y para que no quede demasiado largo, les cuento el desarrollo de la carrera en el siguiente post. Espero que les resulte estimulante el relato........"
Raúl Baltar

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