20 de noviembre de 2013

¿De verdad alguien tiene que ceder?

Quizás ha visto la película protagonizada en el año 2003 por Jack Nicholson y Diane Keaton titulada "Cuando menos te lo esperas....Alguien tiene que ceder" Se trata de una comedia al uso que quizás para algunos críticos no tenga demasiada calidad cinematográfica, pero en la que la química de esos dos grandes actores convierte la película en un desenfadado encuentro con típicos comportamientos humanos. El tema es peculiar. Un hombre de más de 60 años de edad que no admite mantener relaciones con mujeres de más de 30 años. Es un principio para él. Y lo considera un paradigma personal. Irrenunciable e innegociable. Claro. Hasta que algo pasa y cambia , al menos, ese paradigma.......


En una empresa quizás encontremos algunos personajes como el interpretado por Jack (en cuanto a que no son capaces de entender que hay otra forma de plantearse las cosas) y no menos personajes como el que representa Diane (atrapada en sus propias costumbres). En una reciente reunión estratégica, hablando de como mejorar y de como instalar una cultura de cambio sostenible, algunos ejecutivos admitían, con cierto tono de lamentación, que en muchas reuniones siempre tenían que sacrificarse en aras del acuerdo final. Es decir, para que las cosas avancen tenían que terminar cediendo. Lo malo del asunto es que esa cesión es interpretada, en última instancia, como un sacrificio. Aún cuando la cesión del personaje interpretado por Nicholson se convierte en algo interesante y estimulante para él, no suele suceder eso en el mundo empresarial, en el que van quedando heridos por el camino. Heridos y, también, resentidos.

En mi opinión en esto tiene mucho que ver la personalidad. Y la personalidad es importante puesto que es algo con lo que vivimos y, también, es algo con lo que viven quienes están a nuestro alrededor.  Hay distintas maneras de medir esto en una empresa. Mi descubrimiento de estas herramientas vino a través de la Vicepresidente de Recursos Humanos de Banco Exterior, Judith González. Hace un tiempo Judith me habló del Myers-Briggs Type Indicator (MBTI) como un elemento interesante para clasificar la personalidad de los colaboradores. Completar esa prueba fue una experiencia sin duda interesante para mi, incluyendo la curiosidad sobre si se vería reflejado en el resultado lo que hasta ese momento pensaba que era mi personalidad tipo. Y, en verdad, así fue.
Hay otras herramientas como el Hermann Brain Dominance Instrument (HBDI) que, como Ken Robinson explica en su libro "El Elemento", son buenos intentos de "clasificarnos". Aún así, el maestro Robinson argumenta que, aunque son modelos útiles, el ser humano difícilmente se puede clasificar en 16 "modalidades" de personalidad. Ciertamente concuerdo con él aunque a veces pareciera que con 8 tipologías bastaría y sobraría.....

Otra herramienta interesante es el perfil Neethling Brain Instruments (NBI™).  Este método lo compartió conmigo Gerardo Urdaneta quien es Vicepresidente de Innovación y Estrategia Corporativa en Banco Exterior y que, tras asistir a unas sesiones de formación e investigación en el Incae Business School, regresó a Venezuela impactado por este modelo que busca medir las preferencias de pensamiento y el impacto de ellas en decisiones personales y profesionales. El NBI fue creado en los años 80, ha sido estudiado en más de 200.000 personas y está basado en neuropsicología. Cuando usted comienza a intentar entender la forma de ser de las personas y la manera que tienen de manifestar sus preferencias, algo cambia. Al escuchar a alguien decir que "siempre se tiene que sacrificar" se comprende que algo importante se activa en el interior de esa persona y, definitivamente, ese algo tiene mucho que ver con sus preferencias de pensamiento y con la manera en la que se relaciona con otras personas que se activan de forma diferente. Si alguien cede por convencimiento es, por último, un aprendizaje. Pero si alguien siempre tiene que ceder, quizás algo más complejo debe ser solucionado.

Fíjese en el ejemplo de una carrera. En ocasiones varios corredores se sitúan en un grupo de cabeza que durante kilómetros permanece unido. A veces se dan relevos en el liderazgo de ese grupo, pero a veces es uno sólo el que va en cabeza marcando el ritmo de forma permanente. Cuando vemos en la televisión una competición de atletismo esos relevos parecen evidentes y hasta sencillos. Es más, algún comentarista deportivo hasta habla de que los pasos de carrera son demasiado lentos (probablemente no conozca lo que supone pasar 400 metros en menos de un minuto....). En todo caso, con el paso de los kilómetros, siempre algunos atletas que están en la pugna van cediendo y quedándose atrás. A veces son todos lo que quedan atrás y queda uno sólo en cabeza y, a veces, la pugna se mantiene hasta la línea de meta como en el histórico e impresionante caso de Haile Gebrselassie y Paul Tergat en la final olímpica de 10000 metros en Sidney 2000.



Haile se llevó la victoria finalmente. Y lo hizo de manera tan ajustada como puede ser la diferencia de tiempo en la parrilla de salida de un campeonato de Fórmula1 entre el primero y el segundo. Pero incluso en ese momento estelar en el que ambos están haciendo su máximo esfuerzo, alguien "salió ganando". Sencillamente uno fue mejor en ese momento y su "último argumento" fue más poderoso.

Quizás entonces es interesante plantearse que cuando alguien tiene que ceder eso no tiene porqué ser malo para el interés general y, más que considerarlo un sacrificio, quizás debe entenderse como un aprendizaje personal y considerar que enfrente hay una inmensa oportunidad para que, con el entrenamiento adecuado, en la próxima carrera se pueda cruzar la meta en primer lugar, aunque sea por un milímetro.


Raúl Baltar

5 comentarios:

  1. Me ha encantado tu última comparación. Para el deporte,para la empresa...Lo recordaré:" si se cede por convencimiento es un aprendizaje"
    Diana Martín

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  2. Excelente mensaje, Raul. Estas línea me hace recordar unos comentarios de un facilitador de un taller de familia que asistí en algún momento y que decía que cuando no hay flexibilidad, capacidad de ceder y de buscar un compromiso es imposible construir un hogar armonioso, tener una buena relación y vivir con tranquilidad. Y aquí, no solo lo llevo a la familia, sino a los amigos, compañeros de trabajo y con todo el que te relaciones.
    En general, uno quiere tener la razón, espera que los otros entiendan su punto de vista y se empeña en defender las propias ideas.
    Sin embargo, cuando uno puede validar la realidad del otro, consigue ponerse en su lugar y entenderlo con apertura, entonces se logra ceder con cariño y solidificar una relación positiva y emocionalmente nutritiva.

    Pero igual es importante tener presente tú frase: “Si alguien cede por convencimiento es, por último, un aprendizaje. Pero si alguien siempre tiene que ceder, quizás algo más complejo debe ser solucionado…”

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  3. Excelente comparación sobre la película (la vi y me gusto) , así como la comparación que haces del deporte, definitivamente ceder tiene connotación diferente en cada individuo de acuerdo a su personalidad y de cómo ve el mundo desde su perspectiva, uno lo ven como sacrificio y otro lo ven como aprendizaje y oportunidad, pongo como ejemplo (algo que no me gusta hablar y es del Barcelona) el rol de Neymar en el Barcelona junto a Messi, algunos piensan que el se sacrifica para que Messi sea la estrella y otros piensan que Neymar está aprendiendo y aprovechando las oportunidades a su edad para ir ganando terreno y consolidarse como un gran jugador…. Perspectivas diferentes. Saludos Carlos Giorgi

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  4. El simil esta bueno .Que algunos piensen que es un sacrificio o un aprendizaje,efectivamente tiene que ver con la personalidad pero también con la crianza y el tabú que ha tenido cada individuo. No hay mejor aprendizaje que relacionarse con gente que ea distinta a uno.saludos!!

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  5. Hola Raúl. Soy de la opinión que cediendo también se gana y que en toda negociación, ceder forma parte del acto de negociar. Ambas partes ganan, nadie tiene porque "sacrificarse", gracias por el material!

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